
La entidad adelanta labores en ocho veredas: Nazareth, Tunal Alto, Tunal Bajo, Las Palmas, Las Ánimas, La Concepción, Nueva Granada y San José.
Equipos profesionales multidisciplinarios realizan levantamientos topográficos, sociales, agronómicos y jurídicos, a fin de reconocer el arraigo y los derechos sobre la tierra.
“Lo que hoy hace la Agencia Nacional de Tierras es un avance, no solo para mi familia, sino para todos los habitantes del Sumapaz, que históricamente hemos sufrido los estragos de la violencia”, afirmó un poblador rural.
Bogotá. 21 de mayo de 2025. @AgenciaTierras.
La Agencia Nacional de Tierras —ANT— avanza con los microbarridos prediales en las veredas Nazareth, Tunal Alto, Tunal Bajo, Las Palmas, Las Ánimas, La Concepción, Nueva Granada y San José, en la localidad Sumapaz, zona rural del sur de Bogotá, para avanzar con su estrategia de acceso y formalización de la propiedad rural. El objetivo, adjudicar y legalizar tierras a familias campesinas que históricamente han habitado y trabajado el territorio.
El trabajo en campo, entendido como los microbarridos, consiste en hacer un levantamiento integral de información física, social, productiva y legal de predios, para caracterizar las formas de tenencia de la tierra y avanzar en su regularización. Es llevado a cabo por equipos técnicos, conformados por topógrafos, profesionales sociales, agrónomos y jurídicos.
“Estamos trabajando para llegar a cada rincón de Cundinamarca con la Reforma Agraria, cumpliéndole al campesinado de nuestra región. Con las jornadas de microbarrido predial, esperamos formalizar más de 200 predios en la localidad Sumapaz, para así beneficiar a las familias que habitan en la zona”, afirmó el coordinador de la ANT en Cundinamarca, Jesús Bayron Muñoz.

Para avanzar en la adjudicación y legalización de predios, la Agencia trabaja en varios componentes técnicos:
El levantamiento topográfico, que consiste en la medición precisa del terreno para establecer los límites físicos de cada predio.
La caracterización agroproductiva, la cual evalúa la disponibilidad hídrica, las propiedades físicas del suelo, las características agroambientales y el potencial productivo del predio, reconociendo así la vocación agraria del territorio y el conocimiento ancestral campesino.
El levantamiento jurídico y social, que recopila información sobre la historia de ocupación, tenencia, herencias, compraventas informales y relaciones comunitarias con la tierra, permitiendo identificar a los posibles sujetos de adjudicación y formalización.
Sumapaz: territorio de memoria, resistencia y vida
Ha sido un territorio marcado por el conflicto armado, el desplazamiento forzado y la ausencia histórica del Estado. Durante décadas, sus habitantes han enfrentado las consecuencias de la confrontación armada y la falta de garantías para el acceso a la tierra. Sin embargo, también es un lugar de resistencia campesina, pues las comunidades han sostenido su arraigo a pesar de la adversidad, defendiendo la vida, el territorio y su identidad rural.
Además, alberga el Páramo de Sumapaz, considerado el más grande del mundo, ecosistema vital para la regulación hídrica y la conservación de la biodiversidad. Por eso, el proceso de adjudicación es realizado con enfoque ambiental, respetando las zonas protegidas y promoviendo una agricultura sostenible que conviva en equilibrio con la riqueza natural del lugar.
Las familias campesinas de las ocho veredas trabajan cultivos tradicionales, como papa, cebolla, arveja y otros de clima frío, en una práctica ancestral que ha permitido el sustento económico y cultural de la región.
“Aquí llevamos más de 90 años, pero nunca hemos tenido la oportunidad de legalizar nuestros terrenos, y lo que hoy hace la Agencia Nacional de Tierras es un avance, no solo para mi familia, sino para todos los habitantes del Sumapaz, que históricamente hemos sufrido los estragos de la violencia. Agradecemos al presidente Gustavo Petro y al director de la Agencia, Felipe Harman, porque nos darán la oportunidad de obtener los títulos de nuestras tierras“, expresó Héctor González, habitante y líder social de la vereda Tunal Alto.
La localidad representa una oportunidad para la reparación histórica y la consolidación de la paz territorial. La presencia de la ANT en este proceso es un paso fundamental para reconocer y formalizar los derechos de quienes han cuidado y cultivado la tierra durante generaciones.